Clasificación: es una planta herbácea perenne, ideal para cultivar en interiores muy luminosos. Sus flores en espata permanecen bastantes días en la planta.
Follaje: perenne. Hojas grandes, lanceoladas, con largo pedúnculo y brillantes; de color verde oscuro.
Floración: produce una copiosa floración desde comienzos de invierno. Inflorescencia dispuesta en espata (bráctea, hoja modificada) y espádice (espiga de eje carnoso donde se encuentran las flores masculinas en la base), característica de la familia de las Aráceas, como la Cala-Zantedeschia aethiopica. Cuando las flores de color blanco (espata) comienzan a virar hacia un tono verdoso, es recomendable cortar la flor, significa que la misma ha comenzado a marchitarse.
Valoración ornamental: su interés ornamental son sus grandes y lustrosas hojas y sus flores que perduran bastantes días en la planta. Es una excelente planta de interior.
Exposición solar: requiere de buena iluminación, de lo contrario, puede ser que no florezca o que su floración sea muy pobre. Además de la escasa floración sus hojas se debilitan. Evitar el sol directo, le quema las hojas.
Riego: poco riego cuando la planta se encuentre en reposo y un riego frecuente cuando esté en floración. Pulverizar las hojas con regularidad, es una buena alternativa para brindarle un poco de humedad ambiental o colocar bajo la maceta un plato o una bandeja con guijarros-piedritas.
Clima: es sensible a las heladas. Temperatura mínima 13 ºC. Prefieren condiciones ambientales húmedas.
Suelo: bien drenado, suelto, rico en humus y algo húmedo.
Reproducción: se reproduce por división de mata, post-floración. Una vez realizada la división de mata, es probable que la planta se desestabilice unos días, y su aspecto será de una planta lánguida a causa del movimiento de raíces, pero luego se recuperará lo más bien. También mediante semillas en primavera. Es recomendable trasplantarla, cada uno o dos años, y al mismo tiempo aprovechar para dividir y multiplicar la planta.
