Especies más adecuadas para diseñar una cortina rompe-vientos, protectora o forestal. Árboles y coníferas ornamentales.
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La Polygala myrtifolia, es un arbusto perenne sumamente ornamental, tanto por su atractiva y prolongada floración como por su forma erguida, provista de un denso follaje. Es ideal para jardines costeros, de rocallas y de bajo mantenimiento. Su principal valor radica en su atractiva y prolongada floración, como en su denso y erguido follaje.
El Prunus laurocerasus, conocido como Laurel cerezo por su similar apariencia en el follaje al Laurel nobilis, es muy utilizado como seto. Si no se poda puede alcanzar los 15 m de altura. Asimismo, como cortina rompevientos y pantalla para tapar vistas no deseadas.
Las Casuarináceas son originarias de Australia, llamados comúnmente Pinos australianos, por su aspecto de conífera que no lo es.
Se cultivan como árboles de sombra, ornamental, y los agricultores lo utilizan para el resguardo que proporciona al ganado, también como fijadores de nitrógeno al suelo.
Los Pitosporum, son nativos de las regiones tropicales y subtropicales de Australia, sudeste de Asia y África del sur y las islas del Pacífico.
El Cupressus sempervirens, una de las especies más típicas de los paisajes mediterráneos. Longeva y puede llegar a vivir hasta 1000 años. Se adapta muy bien a la poda y al arte topiario. Ideal para enmarcar caminos, como especie aislada, destacada, en grupos, para la formación de setos y cercos perennes y como cortinas protectoras.
Cryptomeria, género botánico, compuesto por una sola especie originaria de China y Japón. De crecimiento rápido.
Hojas homeomorfas, aciculares, coriáceas, recurvadas y punzantes, en invierno se broncean sus hojas.
A la hora de diseñar o proyectar un jardín o un parque fuera de las zonas urbanas, la implantación de una cortina rompe vientos, es muy recomendable, ya que éste produce un cambio beneficioso en el microclima del lugar, al reducir la velocidad del viento y modificar la temperatura del aire y del suelo.