Los balcones tienen protagonismo en la arquitectura de Buenos Aires. Será por nuestro clima, que permite gozar del exterior varios meses al año, por la necesidad de tener un poco de verde en nuestra casa o simplemente por el placer de sentarse a mirar pasar la gente por la calle.
La Ley de Propiedad Horizontal de fines del 40 generó nuevas familias de balcones. Los más comunes y tacaños de 1 por 1,5 metro solo sirven para asomarse o poner una plantita. Una versión un poco más generosa, el balcón corrido, domina gran parte de las avenidas, en especial las de la zona norte.